En un ava parte surge el signovivo
pausadamente desandando el camino, en su reptar.
Caído el perfume quedó en el plano, la imagen y lo pasado,
ya no es el brillo el expectante,
somos repetición y fragmento
analogía vibrante.
En un ava parte el párpado deslumbrante
encuentra la piel profunda y el canto,
al levantarse los cántaros
vaciando y soltando vuelve
el ojo dorado
mirando a través de si
intenso, torneado
convexo,
ojo dorado,
construyéndonos
somos sendas.
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